antioxidantes – Con Evidencia Plus https://conevidenciaplus.com Ciencia al servicio de la sociedad Thu, 10 Apr 2025 19:04:32 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8 https://conevidenciaplus.com/wp-content/uploads/2025/04/cropped-FaviconAbril-32x32.png antioxidantes – Con Evidencia Plus https://conevidenciaplus.com 32 32 ¿Cómo tu dieta puede reducir el estrés oxidativo?  https://conevidenciaplus.com/2025/04/10/como-tu-dieta-puede-reducir-el-estres-oxidativo/ https://conevidenciaplus.com/2025/04/10/como-tu-dieta-puede-reducir-el-estres-oxidativo/#respond Thu, 10 Apr 2025 19:04:32 +0000 https://conevidenciaplus.com/?p=487 Autores

Haru de Cristal Berenice Ángel González

Estudiante de la Licenciatura en Nutrición, Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), Universidad de Guadalajara (UdeG).

Itzel Esperanza Quintos Espinosa

Estudiante de la Licenciatura en Nutrición, Instituto de Ciencias de la Salud, Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.

Teresita de Jesús Hernández Flores

Departamento de Disciplinas Filosóficas, Metodológicas e Instrumentales, CUCS, UdeG.

Contacto: [email protected] 


El estrés oxidativo (EO) ocurre cuando el cuerpo presenta un desequilibrio entre radicales libres (RL) y antioxidantes. Los RL son moléculas altamente reactivas debido a que les falta un electrón. El oxígeno puede transformarse en diferentes formas reactivas que generan estos RL. Aunque estas moléculas cumplen funciones importantes, como la señalización celular y la protección inmunológica, cuando su concentración aumenta sin control, pueden dañar células y tejidos. Los RL, por su naturaleza inestable, se forman en nuestro organismo como resultado de procesos naturales y de factores externos como la contaminación y el estrés [1].

Este daño puede tener varias consecuencias para la salud. En primer lugar, el EO está vinculado a enfermedades crónicas como el cáncer y los problemas del corazón. Los RL pueden dañar el ADN y las células, lo que incrementa el riesgo de desarrollar enfermedades. También pueden acelerar el envejecimiento, haciendo que la piel y otros órganos se deterioren más rápidamente. Por último, el EO puede intensificar la inflamación en el cuerpo. La inflamación es una respuesta natural del sistema inmunológico; sin embargo, cuando es excesiva, puede dañar tejidos y órganos [1,2]. El EO puede causar daños celulares que se relacionan con enfermedades graves y un envejecimiento prematuro, afectando negativamente nuestra salud general.

Alimentos clave para combatir el estrés oxidativo

Los antioxidantes son sustancias que ayudan a proteger nuestras células del daño causado por los RL. Estos radicales libres pueden deteriorar nuestras células, lo que, a su vez, puede contribuir al desarrollo de enfermedades y al envejecimiento prematuro [1].

Imagina a los RL como pequeños “demonios” que buscan a quién dañar. Los antioxidantes actúan como “guardianes” que neutralizan a estos demonios y evitan que causen daño. Lo logran al donar un electrón a los RL, estabilizándolos y evitando que continúen dañando nuestras células. Podemos obtener antioxidantes de forma natural a través de los alimentos que consumimos. Entre ellos, la vitamina C destaca como un potente antioxidante, mientras que la vitamina E también desempeña un papel importante en la protección celular. Otro antioxidante relevante es el beta-caroteno, el cual el cuerpo convierte en vitamina A. El selenio, además de ser un mineral esencial, posee propiedades antioxidantes significativas. Asimismo, los polifenoles y los flavonoides son compuestos vegetales con notables capacidades antioxidantes que ayudan a combatir el EO en nuestro organismo [1].

Los antioxidantes funcionan de manera similar a un «escudo» para nuestras células. Cuando un radical libre entra en nuestro cuerpo, los antioxidantes lo rodean y lo neutralizan, impidiendo que cause daño. Esto puede reducir el riesgo de enfermedades crónicas, como las enfermedades del corazón, la diabetes y ciertos tipos de cáncer. Además, los antioxidantes ayudan a mantener nuestra piel saludable y a ralentizar el proceso de envejecimiento [1].

Imagina que tienes un jardín. Si dejas que las malas hierbas (los radicales libres) crezcan sin control, pueden ahogar tus plantas y arruinar tu jardín. Los antioxidantes son como un grupo de jardineros que se encargan de eliminar esas malas hierbas. Cuanto más cuides de tu jardín y más jardineros tengas trabajando (alimentos ricos en antioxidantes), más vibrante y saludable será tu espacio verde (tu cuerpo). Al consumir alimentos ricos en antioxidantes, ayudamos a nuestro organismo a combatir los efectos dañinos de los RL. Por ello, se recomienda incorporar este tipo de alimentos en la dieta (Tabla 1).

Tabla 1. Diferentes antioxidantes en los alimentos. 

Alimento Antioxidante principal 
Melón amargoCatequina, epicatequina, ácido gálico, ácido gentísico y ácido clorogénico.
ZanahoriaÁcido clorogénico, caféico, ferúlico y cinámico. Alfa y beta-carotenos.
CebollaQuercetina, kaempferol, miricetina y catequina.
BetabelBetalaína, betacianina, betanidina, isobetanidina, isobetanina, amarantina.
EspinacaFlavonoides
MoraCianidinas, ácido gálico, cafeico, ferúlico.
Grosella negraFenoles y proantocianinas
FrambuesaTaninos hidrosolubles y antocianinas
UvaCatequinas, quercetinas, antocianinas. Ácido gálico y resveratrol.
ManzanaÁcido hidroxicinámicos, antocianinas, flavonoles.
ToronjaTaninos hidrosolubles y antocianinas.

Hábitos alimentarios que ayudan a reducir el estrés oxidativo

El EO está estrechamente relacionado con el desarrollo de enfermedades crónicas, debido a la interacción entre los RL producidos por el propio estrés oxidativo y los procesos inflamatorios que se desencadenan en el organismo [1,4]. Diversos estudios han demostrado el impacto positivo de la dieta en el control de los marcadores oxidativos del cuerpo, lo que contribuye a reducir los riesgos asociados y mejora la salud del individuo, proporcionándole un mejor estilo de vida. Es fundamental seguir una dieta equilibrada que no solo limite el consumo de alimentos proinflamatorios y prooxidantes, sino que también incluya alimentos ricos en antioxidantes, los cuales ayudan a mantener el equilibrio del cuerpo y a contrarrestar los efectos del EO. Patrones dietéticos como la dieta mediterránea y la dieta DASH se basan en el consumo de estos alimentos, permitiendo así cumplir con los requerimientos necesarios para obtener los beneficios que estas sustancias aportan [4].

Puedes planificar tus comidas para incluir específicamente alimentos ricos en antioxidantes:

  • Smoothie energético: mezcla espinacas, plátano, mora y un poco de yogur griego para un desayuno lleno de antioxidantes.
  • Ensalada colorida: usa zanahorias, betabel, cebolla y aguacate, aderezada con jugo de limón y aceite de oliva.
  • Sopa nutritiva: prepara una sopa de verduras con betabel, espinacas y zanahorias. Agrega especias como cúrcuma y jengibre para aumentar el valor antioxidante.
  • Postre saludable: opta por una compota de manzana con canela o un puñado de uvas. 
  • Elige snacks saludables: da preferencia a frutas frescas, nueces o barras de cereales integrales en lugar de snacks procesados.
  • Cocina con hierbas y especias: usa cúrcuma, jengibre y ajo para potenciar el sabor y el contenido antioxidante de tus platillos.

Otros consejos para mantener el estrés oxidativo bajo control

El ejercicio de resistencia, como correr, nadar, pasear en bicicleta, saltar la cuerda, levantar pesas o hacer flexiones, no solo ayuda a reducir el daño causado por el EO en el cuerpo, sino que también incrementa los niveles de sustancias protectoras naturales. Para mejorar la protección del organismo frente al daño oxidativo y fortalecer las defensas antioxidantes, se recomienda incorporar ejercicios de resistencia en la rutina semanal. Con base en un estudio reciente, se sugiere realizar sesiones de entrenamiento de resistencia tres veces a la semana, cada una con una duración aproximada de 70 minutos. Cada sesión debe incluir un calentamiento, seguido de ejercicios de resistencia, y concluir con estiramientos [4]. Es importante adaptar el entrenamiento al nivel de condición física de cada persona y consultar a un profesional si es necesario, para obtener el máximo beneficio de forma segura.

Mientras dormimos, nuestro cuerpo entra en un proceso de reparación celular, restableciendo los niveles de antioxidantes; de esta manera, se reduce la presencia de RL. Cuando no se tiene un descanso adecuado, disminuye la producción de antioxidantes endógenos y, en su lugar, aumenta la actividad prooxidante. Estudios señalan que las personas que duermen menos de seis horas presentan niveles más altos de EO [5].

Conclusiones 

El EO puede resultar perjudicial para nuestra salud, provocando daños celulares, contribuyendo al desarrollo de diversas enfermedades y acelerando el envejecimiento prematuro. Para evitarlo, es necesario mantener buenos hábitos en nuestra vida diaria, como llevar una dieta balanceada rica en frutas y verduras, u optar por patrones alimentarios como la dieta mediterránea o la dieta DASH, así como mantener una adecuada hidratación. Estas acciones contribuyen a mejorar la salud cardiovascular, fortalecer el sistema inmunológico, prevenir el envejecimiento prematuro, reducir el riesgo de cáncer, entre otros beneficios.

Además, adoptar una dieta rica en antioxidantes ayuda a neutralizar los radicales libres y a mantener el equilibrio del cuerpo, lo que también impacta positivamente en nuestro bienestar mental y emocional. Por otro lado, realizar ejercicio físico y tener un descanso adecuado son aspectos cruciales para reducir el estrés oxidativo, lo cual resulta benéfico para el organismo.

Estos cambios en la alimentación y el estilo de vida pueden mejorar notablemente nuestra calidad de vida, permitiéndonos disfrutar de una existencia más activa y saludable. Es importante recordar que, antes de realizar cambios significativos en la dieta, el ejercicio o cualquier otro aspecto del bienestar, es fundamental consultar a un profesional de la salud.

Referencias

[1] Ortiz Escarza JM, Medina López ME. Oxidative stress: a silent killer? Educ Quím. 2020;31(1):1–11. doi:10.22201/fq.18708404e.2020.1.69709

[2] Serra Bisbal JJ, Melero Lloret J, Martínez Lozano G, Fagoaga C. Plant species as food antioxidants. Nereis. 2020;12:1–12. doi:10.46583/nereis_2020.12.577

[3] Pirouzeh R, Heidarzadeh-Esfahani N, Morvaridzadeh M, et al. Effect of DASH diet on oxidative stress parameters: A systematic review and meta-analysis of randomized clinical trials. Diabetes Metab Syndr. 2020;14(6):2131–8. doi:10.1016/j.dsx.2020.10.031

[4] Amiri E, Sheikholeslami-Vatani D. The role of resistance training and creatine supplementation on oxidative stress, antioxidant defense, muscle strength, and quality of life in older adults. Front Public Health. 2023;11:1062832. doi:10.3389/fpubh.2023.1062832

[5] Neculicioiu VS, Colosi IA, Costache C, et al. Sleep Deprivation-Induced Oxidative Stress in Rat Models: A Scoping Systematic Review. Antioxidants (Basel). 2023;12(8):1600. doi:10.3390/antiox12081600 

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Estrés oxidativo en el embarazo, ¿un aliado incomprendido? https://conevidenciaplus.com/2025/02/12/estres-oxidativo-en-el-embarazo-un-aliado-incomprendido/ https://conevidenciaplus.com/2025/02/12/estres-oxidativo-en-el-embarazo-un-aliado-incomprendido/#respond Wed, 12 Feb 2025 05:49:20 +0000 https://conevidenciaplus.com/?p=399 Autores

Yessica Dorin Torres Ramos

Departamento de Inmunobioquímica, Instituto Nacional de Perinatología, Isidro Espinosa de los Reyes, Ciudad de México.

Contacto: [email protected]

Josué Damián Arrevillaga Hernández

Estudiante de la Licenciatura en Bioquímica Diagnóstica, Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán, Universidad Nacional Autónoma de México, Ciudad de México.

Silvia Fuentes García

Estudiante de la Licenciatura en Bioquímica Diagnóstica, Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán, Universidad Nacional Autónoma de México, Ciudad de México.


Es común escuchar el término «estrés oxidativo», el cual representa un aumento de moléculas reactivas que, desde un punto de vista químico, están incompletas (moléculas oxidadas). Su reactividad se debe a que buscan captar electrones de otras moléculas cercanas para estabilizarse. Estas especies reactivas pueden originarse a partir de elementos como el oxígeno, el nitrógeno o el azufre. Para contrarrestar el daño que estas moléculas pueden ocasionar, el organismo cuenta con sistemas de protección antioxidante, cuya función es reponer los electrones robados por las especies reactivas. Ejemplos de estos antioxidantes son las vitaminas C y E [1,2]. Cuando se genera un desequilibrio entre la producción de especies reactivas y los sistemas antioxidantes, se puede hablar de la presencia de estrés oxidativo.

A menudo se habla de las consecuencias del estrés oxidativo y del daño que puede provocar a corto y largo plazo. Sin embargo, su comportamiento durante el embarazo resulta particularmente interesante, ya que nos lleva a reflexionar sobre cómo puede generar daño oxidativo en diversas células y, al mismo tiempo, desempeñar un papel clave en la formación de un nuevo ser.

En cuanto a la relación entre el estrés oxidativo y el embarazo, diversas investigaciones han reportado que la cantidad de especies reactivas en mujeres embarazadas es mayor en comparación con mujeres no embarazadas. Esto podría llevar a pensar que el embarazo implica necesariamente un estado de estrés oxidativo. Sin embargo, esto no es del todo cierto, ya que también se observa un aumento en los niveles de antioxidantes, cuyo propósito es mantener el equilibrio. Tanto las especies reactivas como los sistemas antioxidantes se comportan de manera similar a una montaña rusa, aumentando y disminuyendo según las necesidades del organismo [2,3].

El ascenso y descenso de especies reactivas y antioxidantes generan un equilibrio muy sensible, que puede alterarse debido a diversos factores como el estrés constante, el tabaquismo, la contaminación, la malnutrición, la obesidad y la falta de ejercicio. Estas alteraciones pueden desencadenar un desequilibrio, lo que representa una serie de desafíos tanto para las madres como para los bebés. Por ello, surge la necesidad de investigar a fondo el estrés oxidativo, comprender su funcionamiento y desarrollar estrategias para combatirlo, con el objetivo de proteger la salud del binomio madre-bebé [2,4].

El papel de las especies reactivas: implicaciones antes, durante y después del embarazo

La relación entre el estrés oxidativo y el embarazo está presente desde la concepción hasta el nacimiento. Por ello, su seguimiento se realiza semanalmente y, de manera más amplia, por trimestres, con el objetivo de evaluar los cambios que ocurren a medida que el bebé crece. Es importante destacar el papel de las especies reactivas incluso antes de la procreación, ya que están implicadas en la maduración de los óvulos. Una regulación inadecuada de estas especies puede dificultar la unión entre el espermatozoide y el óvulo, afectando así el inicio del embarazo [1].

El aumento de las especies reactivas en una mujer embarazada se debe a diversos cambios fisiológicos, como la mayor demanda de energía a medida que el bebé se desarrolla, lo que conlleva un incremento en la utilización de grasas y en la entrada de oxígeno. Esto plantea una interrogante: ¿quién es el principal responsable de este aumento de especies reactivas durante el embarazo? La respuesta no es sorprendente, ya que la placenta, un órgano temporal encargado de mantener la comunicación entre la madre y el bebé, desempeña un papel clave. A lo largo del embarazo, la placenta experimenta cambios en su comportamiento y funcionamiento, lo que influye en la producción de especies reactivas [2,3].

Las dos caras de las especies reactivas: ventajas y consecuencias a lo largo del embarazo

Durante el primer trimestre del embarazo (correspondiente a los primeros tres meses), el aumento de las especies reactivas no es tan significativo como en los dos trimestres siguientes. Esto se debe a que la demanda de energía y oxígeno por parte de la placenta es baja, lo que le permite autoprotección ante un exceso de especies reactivas y garantiza su correcta implantación. Además, en esta etapa se regulan los mecanismos esenciales para la implantación, la protección y el desarrollo del bebé. También se ha observado que durante el primer trimestre los niveles de antioxidantes son bajos, ya que aún no son requeridos en grandes cantidades [3,4].

Este proceso durante el primer trimestre es fundamental para el éxito del embarazo, ya que se ha reportado que niveles elevados de especies reactivas, junto con una baja presencia de antioxidantes, son unas de las principales causas de pérdida gestacional [5].

A medida que avanza el embarazo y se llega al segundo trimestre (tercer al sexto mes), las demandas de energía y oxígeno aumentan con un único objetivo: asegurar el adecuado desarrollo del bebé. Para satisfacer esta demanda energética, el cuerpo requiere una mayor cantidad de grasas y un incremento en la ingesta de alimentos. Al mismo tiempo, el aumento en la demanda de oxígeno está relacionado con una mayor actividad de las mitocondrias, los orgánulos celulares responsables de la producción de energía, especialmente a nivel placentario. Como consecuencia, se genera un incremento en la producción de especies reactivas. No obstante, el organismo responde a este fenómeno aumentando la producción de sistemas antioxidantes para mantener el equilibrio [2,3].

El aumento de especies reactivas y antioxidantes continuará hasta finales del tercer trimestre (últimos tres meses del embarazo). En esta etapa, los niveles de antioxidantes alcanzan valores similares a los de una mujer no embarazada, preparando al cuerpo y a todos sus sistemas para el parto. Posteriormente, tras el nacimiento, los niveles de antioxidantes vuelven a elevarse con el propósito de contrarrestar el estrés oxidativo generado durante el parto y proteger a la madre. Este aumento también cumple una segunda función: garantizar que el calostro, la primera fase de la leche materna, proporcione la defensa antioxidante necesaria para proteger al bebé mientras su propio sistema antioxidante termina de madurar. Este incremento en los antioxidantes se mantiene durante al menos ocho semanas después del parto, asegurando la transición a las diferentes etapas de la leche materna: leche de transición y leche madura [1,2].

Sin embargo, no todo tiene un desenlace favorable. Cuando se presenta estrés oxidativo durante el segundo trimestre del embarazo, pueden surgir diversas complicaciones y enfermedades que ponen en riesgo la vida tanto de la madre como del bebé. Entre los principales desenlaces adversos se encuentran la diabetes gestacional, la preeclampsia, el retraso en el desarrollo, las malformaciones congénitas y el parto prematuro, entre otros padecimientos [2,4].

Conclusiones

La principal reflexión de este texto es que no debemos satanizar a las especies reactivas, ya que, como hemos visto, desempeñan funciones fundamentales en el organismo. Podríamos compararlas con un grupo de WhatsApp de nuestras células, encargadas de la comunicación y coordinación de múltiples órganos y sistemas. Sin embargo, como ocurre con cualquier exceso, un desbalance puede ser perjudicial. Desde una perspectiva bioquímica, es esencial proporcionar al cuerpo los nutrientes adecuados (antioxidantes) para contrarrestar el daño causado por los agentes oxidantes, evitando así que nuestras células se deterioren, como una manzana expuesta al oxígeno. Mantener una alimentación equilibrada y corregir malos hábitos son acciones clave para lograr un embarazo saludable y sin complicaciones [1,4,5].

Referencias

[1] Hussain T, Murtaza G, Metwally E, Kalhoro DH, Kalhoro MS, Rahu BA, et al. The role of oxidative stress and antioxidant balance in pregnancy. Mediators Inflamm [Internet]. 2021; 2021:1–11. Disponible en: http://dx.doi.org/10.1155/2021/9962860

[2] Toboła-Wróbel K, Pietryga M, Dydowicz P, Napierała M, Brązert J, Florek E. Association of oxidative stress on pregnancy. Oxid Med Cell Longev [Internet]. 2020; 2020:1–12. Disponible en: http://dx.doi.org/10.1155/2020/6398520

[3] Chiarello DI, Abad C, Rojas D, Toledo F, Vázquez CM, Mate A, et al. Oxidative stress: Normal pregnancy versus preeclampsia. Biochim Biophys Acta Mol Basis Dis [Internet]. 2020;1866(2):165354. Disponible en: http://dx.doi.org/10.1016/j.bbadis.2018.12.005

[4] Jovandaric MZ, Babic S, Raus M, Medjo B. The importance of metabolic and environmental factors in the occurrence of oxidative stress during pregnancy. Int J Mol Sci [Internet]. 2023;24(15):11964. Disponible en: http://dx.doi.org/10.3390/ijms2415119645.

[5] Zejnullahu VA, Zejnullahu VA, Kosumi E. The role of oxidative stress in patients with recurrent pregnancy loss: a review. Reprod Health [Internet]. 2021;18(1). Disponible en: http://dx.doi.org/10.1186/s12978-021-01257-x

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