Doctorado en Farmacología, Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), Universidad de Guadalajara (UdeG).
Profesor Investigador Asociada B, Departamento de Fisiología, CUCS, UdeG.
Profesor Investigador Titular A, Departamento de Fisiología, CUCS, UdeG.
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La herbolaria es una parte muy importante de la cultura de nuestro país. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que el 80% de la población mundial utiliza remedios herbolarios para tratar una variedad de síntomas y enfermedades (1). Se trata de una práctica milenaria que consiste en el uso de plantas y otros ingredientes vegetales con propiedades medicinales para tratar problemas de salud o mantener el bienestar general. Las plantas contienen numerosos compuestos químicos con efectos sobre el cuerpo humano; de hecho, hasta un 25% de los medicamentos actuales se originaron a partir de compuestos obtenidos de plantas y otras fuentes naturales (2).
Los remedios herbolarios emplean raíces, hojas, flores, semillas y tallos de una o varias plantas para elaborar tés, ungüentos, esencias, tinturas, cápsulas, tabletas, polvos, aceites, jarabes, pomadas, entre otros productos (2). Su popularidad se debe a la facilidad de preparación, el bajo costo y la creencia generalizada de que “todo lo natural es mejor porque no contiene químicos”. Esta idea errónea lleva a muchos pacientes a sustituir los medicamentos recetados por el médico con algún remedio herbolario, lo cual puede poner en riesgo su salud. A continuación, se presentan algunos datos relevantes sobre las plantas medicinales que conviene conocer en caso de considerar el uso de un remedio natural.
Las plantas contienen más químicos que los medicamentos
Tanto los medicamentos como las plantas contienen compuestos químicos, conocidos como “principios activos”, responsables de los efectos benéficos que su consumo produce en el cuerpo humano. Mientras que los medicamentos suelen contener uno o un par de compuestos químicos aislados, un preparado herbolario puede contener más de 150 compuestos diferentes en diversas cantidades. Esta composición varía de una planta a otra, de una parte a otra de la misma planta, según la estación del año en la que se recolectó, su ubicación geográfica, y si se trata de una planta silvestre o cultivada. Por esta razón, resulta complicado asegurar si la planta que se va a utilizar contiene los principios activos deseados y si estos se encuentran en una cantidad suficiente para generar un efecto benéfico (3).
Los remedios herbolarios no son medicamentos
Los medicamentos son compuestos químicos utilizados para curar, detener o prevenir enfermedades, aliviar síntomas o ayudar en el diagnóstico. Para que un medicamento pueda salir al mercado y ser recetado por un médico, debe someterse a múltiples estudios que demuestren su eficacia y seguridad para tratar una enfermedad o síntoma específico. En contraste, los remedios herbolarios caseros, así como muchos de los productos que se comercializan en farmacias naturistas bajo la etiqueta de “medicamentos”, no han pasado por los mismos estudios científicos. Su eficacia para combatir problemas de salud se basa únicamente en creencias populares o experiencias personales de quienes los recomiendan, por lo que es posible que no funcionen tan bien como se espera (2).
La dosis es lo que diferencia a un medicamento de un veneno
Cuando se utilizan plantas en su estado natural para elaborar remedios herbolarios, no es posible determinar con precisión la cantidad necesaria para obtener un efecto benéfico. Frecuentemente se recomiendan medidas como “un puñito” o “tres ramitas”, las cuales no están estandarizadas, lo que impide establecer una dosis adecuada y segura. Aunque el consumo de remedios hechos con plantas puede ayudar a combatir síntomas y enfermedades, al igual que los medicamentos, también puede provocar efectos secundarios molestos o incluso tóxicos, que ponen en riesgo la salud e incluso la vida. Muchas personas desconocen estos riesgos, y ya se han documentado casos de daños graves en hígado y riñones asociados a su consumo. En la ilustración 1 se muestran ejemplos de plantas medicinales comunes que pueden causar efectos secundarios al ser ingeridas (4).
La fabricación y venta de remedios herbolarios no están regulada
A diferencia de la industria farmacéutica, en la que las leyes obligan a las compañías a demostrar que sus productos funcionan, que son seguros y que se fabrican bajo altos estándares de calidad, no existen regulaciones equivalentes para los remedios herbolarios. Gran parte de lo que se comercializa en farmacias naturistas no ha pasado por pruebas experimentales que validen su eficacia, ni se ha comprobado que los componentes mencionados en las etiquetas correspondan realmente a los ingredientes del preparado o que estén libres de contaminantes como insecticidas, metales pesados u otras sustancias tóxicas. En el caso de las preparaciones caseras, el riesgo es aún mayor, ya que las plantas silvestres pueden estar contaminadas con bacterias, venenos, pesticidas o metales pesados, cuyo consumo puede generar más problemas que beneficios para la salud (5).
Pueden ser peligrosas si se consumen en conjunto con medicamentos
Algunos de los compuestos químicos activos presentes en las plantas pueden interferir con la acción de medicamentos recetados por el médico. Estos compuestos pueden interactuar con los principios activos de los fármacos dentro del cuerpo humano y generar efectos de distinta gravedad. Por ejemplo, ciertos compuestos vegetales impiden que algunos medicamentos se eliminen adecuadamente del organismo, lo que puede provocar intoxicaciones o la aparición de efectos secundarios. Otros disminuyen la eficacia de los medicamentos, reduciendo su capacidad para aliviar síntomas o tratar enfermedades, y poniendo en riesgo la salud del paciente a corto o largo plazo (3).
A pesar de que el consumo de remedios herbolarios puede resultar benéfico para el tratamiento de diversos problemas de salud, esta práctica no está exenta de riesgos. Es importante informar a la población sobre las desventajas que presenta el uso de la herbolaria y cómo evitar los posibles peligros asociados con su empleo como tratamiento..
Figura 1. Plantas medicinales de uso común y sus respectivos usos medicinales, riesgos y contraindicaciones.
A continuación, se presentan algunas recomendaciones para un uso más seguro y racional de remedios herbolarios:
Conclusiones
A pesar de que la práctica de la medicina herbolaria existe desde hace miles de años y que, en la actualidad, gran parte de la población recurre a ella para tratar diversas enfermedades, aún se requieren más pruebas científicas que determinen si los remedios herbolarios son verdaderamente efectivos, benéficos y seguros.
[1] Gutiérrez-García G, Espinosa-Ayala E, Abel Hernández-García P, Pavón-Silva TB, Márquez-Molina O. Conocimiento y práctica de la herbolaria en el estado de méxico, pautas hacia la sustentabilidad knowledge and practice of herbalism in the state of mexico, guidelines towards sustainability. Agrociencia, 2020;54(8):1043-1058.
[2] Umaru IJ, Shuaibu SI, Adam RB, Habibu B, Umaru KI, Haruna DE, et al. Effect of herbal medicine and its biochemical implication. International Journal of Advanced Biochemistry Research. el 1 de julio de 2020;4(2):46–57.
[3] Gouws C, Hamman JH. What are the dangers of drug interactions with herbal medicines? Vol. 16, Expert Opinion on Drug Metabolism and Toxicology. Taylor and Francis Ltd; 2020. p. 165–7.
[4] Tungmunnithum D, Thongboonyou A, Pholboon A, Yangsabai A. Flavonoids and Other Phenolic Compounds from Medicinal Plants for Pharmaceutical and Medical Aspects: An Overview. Medicines. el 25 de agosto de 2018;5(3):93.
[5] Kanfer I, Patnala S. Regulations for the use of herbal remedies. En: Herbal Medicine in Andrology. Elsevier; 2021. p. 189–206.