El estilo de vida universitario: ¿un factor de riesgo para la salud?

El estilo de vida universitario: ¿un factor de riesgo para la salud?

Autores

Diego Madrigal Ortega

 Licenciatura en Médico Cirujano y Partero, Centro Universitario de Ciencias de la Salud, Universidad de Guadalajara (UdeG).

Sherlyn Guadalupe Montejano Cortés

Licenciatura en Médico Cirujano y Partero, Centro Universitario de Ciencias de la Salud, Universidad de Guadalajara (UdeG).

Mario Ángel González

Departamento de Ciencias de la Salud-Enfermedad como Proceso Individual, Centro Universitario de Tonalá, UdeG

Contacto: [email protected]


Es ampliamente conocido que el estudio en cualquiera de sus etapas no es una tarea fácil. Específicamente, hablar de una carrera universitaria representa para muchos un camino lleno de retos que deben superarse con tal de alcanzar una meta académica y profesional.

El desafío de estudiar una carrera universitaria reside no solamente en el nivel de complejidad de los nuevos conocimientos que deben interiorizarse y la alta exigencia académica, sino también en la dificultad que implica para los jóvenes la transición a la vida adulta. En muchas ocasiones, esta etapa se acompaña de nuevas responsabilidades domésticas o incluso laborales, específicamente para aquellos que dejan su hogar.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define los estilos de vida como “una forma de vida que se basa en patrones de comportamiento identificables, determinados por la interacción entre las características personales individuales, las interacciones sociales y las condiciones de vida socioeconómicas y ambientales”. De esta forma, los estilos de vida se componen de distintos elementos, como la actividad física, la alimentación, el tiempo y la calidad del sueño, las actividades recreativas, entre muchos otros.

Una cuestión importante a destacar es cómo los estudiantes universitarios, habitualmente saturados de tareas, exámenes y demás obligaciones, pocas veces se detienen a pensar en cuál es la calidad de su estilo de vida y cómo puede llegar a repercutir en su salud.

Este trabajo tiene como propósito compartir evidencia científica respecto a cómo es el estilo de vida de los jóvenes universitarios y cómo esto puede afectar su estado de salud, con el objetivo de entender la situación actual y propiciar el desarrollo de condiciones más favorables para los estudiantes.

Actividad física en estudiantes universitarios

Según la OMS, las recomendaciones de actividad física para adultos entre 18 y 64 años de edad son, como mínimo, 150 minutos semanales de actividad física aeróbica de intensidad moderada o 75 minutos de actividad física aeróbica vigorosa cada semana.

Diversas investigaciones muestran que un número alarmante de estudiantes universitarios no alcanza la cantidad mínima recomendada de actividad física. Se estima que solo un 44% de ellos se ejercita de una a dos veces por semana, mientras que un 42% no realiza ninguna actividad física [1,2].

Se ha observado que, a partir del inicio de los estudios universitarios, aproximadamente un 15% de los jóvenes dejan de realizar actividad física, mientras que un 33% disminuye su tiempo de ejercicio. Las razones más frecuentes detrás de esto son la falta de tiempo, la falta de voluntad o pereza, y la dificultad para combinar los estudios con la actividad física debido a los horarios de trabajo y clases [3,4]. Asimismo, se ha encontrado que las mujeres realizan menos actividad física en comparación con los hombres [2].

¿Qué tan bien se alimentan los estudiantes?

Son diversos los factores que influyen en la alimentación de los estudiantes universitarios. Uno de los más importantes, y a la vez alarmante, es el estrés, dado que se ha reportado que hasta un 47% de los estudiantes tienden a comer en exceso cuando se sienten estresados, principalmente las mujeres. Este grupo consume más alimentos de baja calidad, como comida rápida y ultraprocesada (dulces, pasteles, refrescos, entre otros). También son más propensos a tener conductas alimentarias poco saludables, como comer en exceso o saltarse comidas, principalmente el desayuno y el almuerzo.

Otro factor relevante es el hecho de vivir solo o con los padres. Se ha demostrado que los estudiantes que viven solos presentan una menor ingesta de alimentos nutritivos, como frutas, leche y nueces, además de que tienden a saltarse comidas con mayor frecuencia en comparación con los estudiantes que viven con sus padres [2].

La gran problemática del estrés académico

Un aspecto ampliamente compartido por los universitarios es la sensación de estrés derivado de sus labores académicas. Se ha reportado que hasta el 50% de los estudiantes presentan niveles altos de estrés, con una mayor afectación en las mujeres respecto a los hombres [2,3].

El estrés académico tiene efectos importantes en la salud, dado que múltiples investigaciones han asociado niveles altos de estrés con pobres hábitos alimenticios y, a su vez, con un mayor riesgo de sobrepeso u obesidad en los estudiantes [5].

¿Duermen bien los universitarios?

Es bien sabido que una buena calidad del sueño tiene efectos sumamente positivos para la salud en general, como mejorar el rendimiento físico e intelectual, fortalecer el sistema inmunológico y mejorar el estado de ánimo, entre otros. La OMS recomienda entre 7 y 9 horas de sueño por noche en adultos. Lamentablemente, aproximadamente un 60% de los estudiantes duermen menos de 8 horas cada noche. Además, se ha estimado que 4 de cada 10 jóvenes universitarios presentan patrones de sueño irregulares.

Existen múltiples factores relacionados con la calidad del sueño en los universitarios, entre los que destacan la alimentación y la actividad física. Por ejemplo, el consumo de dulces y bebidas carbonatadas más de tres veces por semana aumenta la probabilidad de desarrollar patrones de sueño irregulares.

Asimismo, el nivel de actividad física y la condición corporal tienen una relación directa con la calidad del sueño. Aquellos estudiantes que realizan actividad física, aunque sea a niveles mínimos, tienen un riesgo significativamente menor de presentar patrones de sueño irregulares en comparación con aquellos que no realizan ninguna actividad física. Por otro lado, se ha observado que los estudiantes con obesidad son más propensos a desarrollar patrones de sueño irregulares en comparación con aquellos con un peso corporal normal [1].

El consumo de alcohol y tabaco

Es ampliamente conocido que el consumo de alcohol, tabaco y otras sustancias recreativas tiene un impacto importante en la salud, tanto a corto como a largo plazo. En general, resalta la afectación al hígado por parte del alcohol, a los pulmones por parte del tabaco, y el mayor riesgo de padecer problemas cardiovasculares y cáncer como consecuencia del consumo de ambas sustancias.

En cuanto a los estudiantes universitarios, se ha estimado que casi la mitad de los jóvenes consume bebidas alcohólicas entre 1 y 2 veces por semana, siendo mayor tanto en frecuencia como en cantidad entre los hombres en comparación con las mujeres [3].

Respecto al consumo de tabaco, aproximadamente 1 de cada 5 estudiantes universitarios fuma de manera regular. Además, se ha observado que aquellos individuos que mantienen este hábito tienden a realizar menor actividad física en comparación con quienes no fuman [4].

Sobrepeso, obesidad y factores de riesgo para la salud

El sobrepeso y la obesidad son condiciones de gran relevancia para la salud pública, ya que se asocian con diversos problemas médicos que afectan la calidad y la esperanza de vida. Estas condiciones se definen como un exceso de grasa corporal y son factores de riesgo importantes para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, diabetes y dislipidemias.

Los estudiantes universitarios tienen un alto riesgo de desarrollar obesidad. Factores como saltarse el desayuno, el consumo elevado de refrigerios ultraprocesados, la falta de actividad física, una dieta alta en calorías y el tabaquismo contribuyen a su aparición. Las cifras indican que aproximadamente un 26% de los estudiantes universitarios presentan sobrepeso, mientras que un 10% padecen obesidad [5].

Conclusiones

Es evidente que el desafiante estilo de vida universitario impide, en muchas ocasiones, que los jóvenes vivan en condiciones óptimas. Esto provoca que descuiden necesidades básicas como la alimentación y el descanso. La falta de actividad física, una dieta inadecuada, los elevados niveles de estrés académico, los patrones de sueño irregulares y el consumo de sustancias incrementan el riesgo de desarrollar problemas de salud mental y física, tales como el sobrepeso, la obesidad y otras enfermedades crónicas. Estas problemáticas no solo afectan la salud actual, sino también la futura de los estudiantes.

Ante este panorama, resulta fundamental que las instituciones educativas promuevan la universidad saludable y fomenten la adopción de hábitos de vida saludables. Esto no solo permitirá mejorar el rendimiento académico, sino también prevenir enfermedades a largo plazo y promover el bienestar integral de los jóvenes y futuros profesionales.

Referencias

[1] Varmaghani M, Mansouri M, Shams-Beyranvand M, Tigabu BM, Saiyarsarai P, Emamikhah M, et al. The relationship between lifestyle and anthropometric factors with the sleep characteristics among university students in Iran: the MEPHASOUS study. J Diabetes Metab Disord [Internet]. 2020;19(2):1019–26. Disponible en: http://dx.doi.org/10.1007/s40200-020-00598-x

[2] Choi J. Impact of stress levels on eating behaviors among college students. Nutrients [Internet]. 2020;12(5). Disponible en: http://dx.doi.org/10.3390/nu12051241

[3] Bennasar-Veny M, Yañez AM, Pericas J, Ballester L, Fernandez-Dominguez JC, Tauler P, et al. Cluster analysis of health-related lifestyles in university students. Int J Environ Res Public Health [Internet]. 2020;17(5). Disponible en: http://dx.doi.org/10.3390/ijerph17051776

[4] Carballo-Fazanes A, Rico-Díaz J, Barcala-Furelos R, Rey E, Rodríguez-Fernández JE, Varela-Casal C, et al. Physical activity habits and determinants, sedentary behaviour and lifestyle in university students. Int J Environ Res Public Health [Internet]. 2020;17(9). Disponible en: http://dx.doi.org/10.3390/ijerph17093272

[5] Chen Y, Liu X, Yan N, Jia W, Fan Y, Yan H, et al. Higher academic stress was associated with increased risk of overweight and obesity among college students in China. Int J Environ Res Public Health [Internet]. 2020;17(15). Disponible en: http://dx.doi.org/10.3390/ijerph17155559

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