Autores
Evelyn Monserrat Aguirre García
Estudiante de la Licenciatura en Nutrición, Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), Universidad de Guadalajara (UdeG).
Mariana Valeria Hernández Reyes
Estudiante de la Licenciatura en Nutrición, Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), Universidad de Guadalajara (UdeG).
Teresita de Jesús Hernández Flores
Departamento de Disciplinas Filosóficas, Metodológicas e Instrumentales, CUCS, UdeG.
Contacto: teresita.hflores@academicos.udg.mx
La lactancia materna se ha vuelto un tema del que se habla cada vez más en los últimos años, debido a los múltiples beneficios que se le han atribuido. La lactancia materna es fundamental para la salud, la nutrición y el desarrollo neurológico, físico y emocional de las niñas y los niños; además, tiene un menor impacto ambiental y múltiples beneficios para la madre [1]. Las buenas prácticas y el acompañamiento durante el periodo de lactancia son importantes para llevarla a cabo de forma segura y favorecer un correcto desarrollo del bebé.
¿Qué es la lactancia materna y cuáles son sus beneficios?
La lactancia materna es la forma en que la madre alimenta a su bebé. La leche materna es un líquido vivo que otorga diversos beneficios, por lo que se considera el alimento natural que debe consumir el bebé durante los primeros seis meses de vida, evitando el uso de fórmulas infantiles.
La lactancia materna ofrece beneficios tanto para el lactante como para la madre. En el caso del bebé, disminuye el riesgo de enfermedades tanto de corta como de larga duración, favorece un desarrollo óptimo, reduce la aparición de alergias y mejora la inteligencia cognitiva y emocional. Entre los beneficios para la madre, ayuda a disminuir la tristeza leve que puede presentarse después del parto debido a cambios hormonales o psicológicos (como la depresión posparto), favorece una recuperación temprana tras el parto, contribuye a recuperar el peso, reduce la probabilidad de desarrollar cáncer de mama y de ovario, y disminuye el riesgo de padecer enfermedades como la diabetes mellitus tipo 2 y enfermedades cardiovasculares [2].
¿Cómo es el agarre ideal para el bebé?
Para alimentar al bebé, es importante lograr un agarre adecuado, en el cual el bebé tome el pecho de la madre con su boca. Los bebés nacen con tres reflejos fundamentales: el reflejo de búsqueda, en el que giran la cabeza y abren la boca; el reflejo de succión, mediante el cual toman el pecho de la madre y succionan la leche hacia el interior de la boca; y, finalmente, el reflejo de deglución, que se activa cuando el bebé detecta que su boca está llena de leche y deja de succionar.
Es importante que el bebé realice estos reflejos al momento de alimentarse. Por ello, se recomienda identificar que el agarre sea adecuado: observar que la boca del bebé esté lo suficientemente abierta para que el pezón de la madre entre con facilidad; que la lengua del bebé esté posicionada por debajo de la mama; que sus labios estén en posición neutra y ligeramente hacia afuera del pezón; y que sus mejillas no estén hundidas, sino que presenten una apariencia redondeada [3].
¿Cuáles son las posturas para amamantar?
Existen diversas posiciones para amamantar; la posición adecuada dependerá de la comodidad de la madre y del agarre correcto del bebé, quien debe estar de frente y pegado al cuerpo de la madre.
Posición invertida (balón de fútbol americano): se recomienda cuando la madre ha tenido una cesárea, tiene pechos grandes o pezones invertidos, y también es adecuada si al bebé le gusta estar en una posición vertical. El bebé debe sostenerse de lado, recostado y con la cabeza a la altura del pezón de la madre, mientras esta sostiene la base de su cabeza con la palma de la mano (Figura 1).

Figura 1. Posición invertida. El bebé se mantiene ligeramente sentado, recargado en brazo y a la altura del pecho.
- Posición transversal o de cuna cruzada: es ideal para bebés que nacen antes de las 37 semanas (prematuros) o que presentan una succión débil. La madre debe sostener al bebé del lado opuesto al seno con el que está amamantando y sujetar la base del cuello con la palma de su mano.
- Posición de cuna: se recomienda por ser una de las más cómodas. La cabeza del bebé debe colocarse sobre el antebrazo de la madre, manteniendo ambos cuerpos de frente (Figura 2).

Figura 2. Posición de cuna. Situar al bebé panza con panza de la madre, sosteniendo con el antebrazo.
- Posición acostada (posición ventral para el bebé): es adecuada para el bebé. La madre puede recostarse sobre una almohada, estar relajada y colocar al bebé frente a su cuerpo, posicionando su cabeza frente a los senos. Esta posición favorece la iniciativa del bebé al buscar el pecho de la madre.
- Posición acostada de lado: es útil para madres que han tenido cesáreas. Tanto la madre como el bebé pueden estar acostados de lado, con ambos cuerpos frente a frente [4].
¿Cómo extraer leche manualmente?
Adquirir la habilidad de extraer leche de forma manual es muy útil para las madres, ya que les permite resolver problemas comunes durante la lactancia materna, como la obstrucción o la congestión mamaria.
En primer lugar, se recomienda que la madre lave sus manos con agua y jabón. Después, debe masajear la mama suavemente con el puño en movimientos circulares, o bien masajear el pezón. Estos movimientos ayudan a que el cuerpo libere hormonas como la oxitocina y la prolactina, que favorecen la salida de la leche. Posteriormente, se debe tomar la mama con la mano en forma de “C”, palpar con suavidad aproximadamente 2.5 cm detrás del pezón y comprimir de forma consecutiva y rítmica, sosteniendo un recipiente por debajo de la mama para recolectar la leche. También se recomienda escuchar música relajante o tener cerca una prenda o una fotografía del bebé, ya que esto ayuda a liberar oxitocina y, como resultado, facilita la salida de la leche [2].
¿Cómo sé que estoy amamantando correctamente?
Durante la lactancia materna, las madres pueden tener dudas y enfrentar dificultades para identificar si el bebé se está alimentando de manera adecuada. Existen varias señales que ayudan a reconocer un amamantamiento correcto, así como recomendaciones que permiten prevenir complicaciones tanto para la madre como para el bebé, haciendo que la lactancia sea un proceso más sencillo.
Se recomienda que la madre, junto con el bebé, se encuentre en una postura relajada, evitando tensar los hombros y manteniendo una ligera inclinación hacia el bebé, en una posición cómoda. Es importante mantener contacto visual entre la madre y el bebé en todo momento. El cuerpo del bebé no debe estar alejado, sino de frente a su madre; su barbilla debe tocar el pecho, y su nariz debe estar alineada frente al pezón. También es señal de un buen agarre escuchar ruidos de succión, y que el bebé suelte el pecho de forma natural al finalizar la toma [5].
Papel del padre en la lactancia materna
Muy pocos estudios recientes han examinado el papel de los padres en el acompañamiento durante la lactancia, en parte debido a que aún persisten temas culturales y fuertes resistencias en torno a la igualdad de género, lo que contribuye a una escasa participación paterna. Por otro lado, también se señala que esta falta de involucramiento se debe a las condiciones laborales. En México, existe la licencia de paternidad contemplada como un derecho en el artículo 132 de la Ley Federal del Trabajo, la cual otorga al padre cinco días posteriores al parto. Sin embargo, ¿cuántos padres conocen realmente este derecho?
Es importante la participación responsable del padre, ya que esto trae beneficios en el desarrollo del bebé, en su nutrición, crianza y sustento económico, contribuyendo a un mejor nivel de vida en el hogar. Involucrar a los padres desde la etapa del parto y el posparto fortalece el vínculo entre él y el bebé, y, sin duda, representa un apoyo importante para la madre. Es fundamental reforzar el acompañamiento del padre hacia la madre y el bebé, con el fin de disminuir la carga que implica la práctica de la lactancia para la mujer, promoviendo así el aprendizaje en pareja para el beneficio de todos [1].
Conclusiones
La lactancia materna es un acto fundamental para el desarrollo saludable de los bebés y el bienestar de las madres. Además de favorecer la creación de un vínculo afectivo entre madre e hijo, ofrece múltiples beneficios para ambos, así como la posibilidad de brindar cariño y compañía.
Es esencial que las madres estén mejor informadas y tomen en cuenta las recomendaciones necesarias para asegurar una alimentación adecuada para el bebé. Promover la lactancia materna puede reducir el riesgo de ciertas enfermedades a largo plazo, ya que proporciona nutrientes esenciales y contiene factores inmunológicos —encargados de proteger al organismo de infecciones y enfermedades— que son especialmente importantes durante los primeros meses de vida para un crecimiento adecuado.
Es importante acudir con un profesional de la salud que oriente sobre cómo llevar a cabo una lactancia correcta. Además, debe reconocerse que la decisión de amamantar es fundamental y debe respetarse como una elección personal de la madre.
Referencias
[1] García-Bautista M. Participación paterna y prácticas de lactancia materna exclusiva. Rev. Dilemas contemp. educ. política valores. 2021; 1-16.
[2] Marshall. Habilidades de apoyo a la lactancia. Marshall. Lactancia. Elsevier; 2018. 44-58.
[3] Morales S, Colmenares M, Cruz-Licea V, Iñarritu M, Maya N, Vega A et al . Recordemos lo importante que es la lactancia en México. Rev. Fac. Med. (Méx). 2022;65(2):9-25.
[4] Valls, D. Embarazo y lactancia. Almodóvar, I. Manual para preparar pruebas ECOE de enfermería. Segunda edición. Elsevier; 2023. 89-100.
[5] González-Castell L, Unar-Munfuía M, Bonvecchio-Arenas M, Ramírez-Silva I, Lozada-Tequeanes A. Prácticas de lactancia materna y alimentación complementaria en menores de dos años de edad en México. Salud Pública Mex. 2023;2023;65(supl 1):S204-S210. https://doi.org/10.21149/14805
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